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En algunas épocas del año, como en la primavera y el verano, debemos tomar recaudos para no padecer conjuntivitis, una enfermedad que si bien no es grave, es muy molesta.

Cuando una persona tiene conjuntivitis comienza a sentir los ojos inflamados, con lagrimeo, enrojecidos, con la sensación de tener una basurita que perdura en el tiempo, y si se mira bien al espejo, verá que comienza a producirse una secreción en las pestañas y unas costras en su punta. Además, sentirá al levantarse que los ojos se pegan y le molesta la luz. Estos síntomas pueden darme en mayor o menor grado de acuerdo con cada persona: desde tener el ojo un poco enrojecido hasta no poder despegar los párpados por la hinchazón ocular. Por eso, frente a cualquiera de estos avisos, es importante realizar la consulta cuando antes con un oftalmólogo.

La conjuntivitis puede ser no infecciosa. Dentro de esta última, podrá ser bacteriana o virósica siendo el más común, el adenovirus.

Durante todo el año, cualquier persona se puede contagiar conjuntivitis, pero durante la época estival es más común. Compartir las toallas y las antiparras a la hora de meternos en la pileta puede generar que rápidamente nos contagiemos esta enfermedad, y es que la forma de propagación se produce a través de las lágrimas. También hay que evitar refregarse los ojos y tocar objetos compartidos, ya que las secreciones oculares en los cuadros virósicos pueden transportar el virus. Hay que tener en cuenta, además, que un cuadro alérgico respiratorio puede derivar en una conjuntivitis y para estas personas, la época primaveral es conflictiva. Los ojos, por estar expuestos al medio ambiente de forma directa, son unos de los órganos más frecuentemente afectados por los fenómenos alérgicos. Por ello, la mitad de las personas con estas características tiene molestias oculares y deben extremar cuidados como airear los cuartos, lavar sábanas, cortinas y alfombras periódicamente evitar contacto con pelos de mascotas, no estar expuestas al polvo, cerrar las ventanas cuando se corte el pasto, aspirar los colchones, limpiar los placares y guardar ropa en bolsas de nylon.

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Sea cual sea la causa de la conjuntivitis será el oftalmólogo quien determine el tratamiento y para realizarlo, debe hacer un correcto diagnóstico que consiste en una evaluación de los síntomas y en un análisis a través de la lámpara hendidura. Si existe alguna duda, se pedirán algunos estudios complementarios, como un hisopado de la conjuntiva, para no confundir el cuadro con otra lesión en la cornea. Además hay que tener en cuenta que las personas alérgicas deben consultar a un especialista en alergia e inmunología, ya que son los profesionales más indicados para orientar el enfoque terapéutico. El tratamiento dependerá de qué tipo de conjuntivitis se padezca. En algunos casos, se colocan gotas de antibióticos y si es necesario, se realiza un lavado con solución fisiológica. También se pueden recetar antihistamínicos, que son antialérgicos, para disminuir la picazón y, a veces, corticoides, pero deben consumirse sólo cuando los receta el médico. En general, el tratamiento en los cuadros bacterianos dura 7 días, y en los virósicos, entre 3 y 4 semanas.

Frente a estos síntomas, para evitar una epidemia, es conveniente tomar algunas medidas: no concurrir a lugares públicos, como el colegio, la oficina, el shopping, etc., evitar compartir toallas y almohadas, y aunque vaya en contra del romanticismo, no abrazarse y besarse mientras dure el tratamiento. Para quienes quieran prevenir la enfermedad, hay una medida que es fácil y sencilla: lavarse las manos periódicamente y evitar tocarse los ojos.

 

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