El bastón blanco no sólo ayuda a los no videntes sino que también es una señal para los otros, un indicador de que justamente alguien tiene una discapacidad visual. Pero lamentablemente la educación o involucramiento termina ahí. La gran mayoría de la gente no sabe cómo interactuar con las personas no videntes en la calle hasta a veces ponerlos, sin desearlo, en situaciones de peligro.
Por lo cual a continuación enumeramos distintas maneras de ayudar eficazmente a no videntes y así ojalá sumar voluntades para que cada vez más personas sean asistidas en la calle.
Existen distintos tipos de ceguera
Existe la creencia de que estar ciego significa no ver nada, la oscuridad total. Sin embargo son el 15% de los ciegos los que tienen esta condición. El resto tiene distintos grados de visión remanente y por lo general es impredecible ya que puede variar por el momento del día, luminosidad, cansancio, tipo de objeto y muchas otras variables. Por eso no se sorprendan si ven a alguien con un bastón blanco leyendo desde su celular, leyendo un menú en un restaurant.
No siempre necesitan ayuda
Si bien la ayuda siempre es valorada y el gesto de ponerse en el lugar de otro es de extrema humanidad no debemos inferir que si uno es ciego necesita ayuda. Muchas veces atrasándolos en su día como también ellos ya tienen armado e internalizado el modo de navegar el mundo: Cruzando calles, desandando las veredas y desplazándose con un perro lazarillo y/o bastón.
De todas maneras impulsamos a brindar nuestro tiempo y ayuda a los ciegos que creamos lo necesiten como así también a todos los que parezcan necesitarlo. Un buen acercamiento para ayudar a esas personas sería:
.Presentarse y preguntarle si necesita ayuda: El nombre crea un poco más de conexión y humaniza el encuentro.
.Si la respuesta es NO, por favor respeten la decisión. Mientras que si la respuesta es Sí pregunten qué es lo que la persona está necesitando.
No quieras agarrarlos
Muchas personas creen que esta es la mejor manera de guiar a una persona no vidente, pero no lo es. De hecho es muy peligroso. Ya que tirando o agarrando a la persona le quitamos la posibilidad de usar efectivamente sus perros, bastones y así sentir el pavimento: su relieve, registros y/o otros objetos.
Pero en caso de tener o querer hacerlo, esta sería una muy buena manera de hacerlo: primero preguntarle a la persona si necesita ayuda o asistencia. Si dice sí, no intentes agarrarlo. Dejá que sea la persona quien tome tu brazo u hombro, de esta manera la persona, a través de su guía, sentirá y decodificará por los movimientos todo el panorama a su alrededor.
Sé específico
Si una persona ciega pide indicaciones tratá de ser lo más directo y simple posible sin dar referencias visuales. Por ejemplo: “Caminá tres cuadras derecho a como estás parado, una vez caminadas doblá a la derecha” Al punto y con la mayor precisión en cuanto a distancias y direcciones.
Fomentá el diálogo
No asumas que los no videntes no quieran/puedan sostener una conversación. Integralos a discusiones, intercambios de opiniones ya que el no hacerlo sólo los frustra y los aleja de un mundo adulto.